miércoles, 18 de febrero de 2009

Poesía internacional

Dedico este post a Richard Clayderman. Su biografía en Wikipedia afirma que Clayderman, a pesar de ser considerado un pianista deficiente por músicos, artistas, entusiastas del piano y otros conocedores, es un éxito rotundo en ciertos países del tercer mundo, donde tiene “un curioso nicho de mercado”. Se le considera, según la Wikipedia, “un símbolo del kitch”.

México es, al parecer, uno de esos países del tercer mundo en los que Clayderman tiene un curioso nicho de mercado. De hecho Clayderman, quien es francés –su nombre, antes de ser Richard Clayderman, fue Philippe Pagés–, se presentó en la ciudad de Aguascalientes esta semana. Tras dicha presentación, alguien sustrajo de su cuarto de hotel cuarenta mil dólares que tenía guardados ahí. El dinero era parte del pago recibido a cambio de su concierto musical. Según las autoridades, el principal sospechoso del robo es un botones del hotel.

Por supuesto, no puede hablarse de Clayderman sin pensar de inmediato en Ray Conniff. Ahora bien, para comprender la naturaleza del fenómeno, es necesario ver a Ray Conniff dirigiendo a su orquesta: http://www.youtube.com/watch?v=7ZooSYFNVOs&feature=related. La canción es Bésame mucho, y fue compuesta por Consuelo Velázquez, orgullo de México, compositora prodigio conocida a nivel internacional incluso antes del surgimiento de Youtube. Según la Wikipedia, Velázquez compuso Bésame mucho a la edad de quince años, antes de haber sido besada. Al parecer, se inspiró en algún aria perdida en una poco conocida ópera española.

Además de Conniff, otros músicos anglosajones han grabado versiones de Bésame mucho –entre ellos Los Beatles–. Hay que ver a Ray Conniff dirigir su orquesta a fin de conocer ciertas simas del alma humana, conocer el ridículo, la pena ajena, saber que Conniff y Clayderman siempre tendrán un nicho de mercado en países del tercer mundo, países como México que engendran compositoras como Consuelo Velázquez e instruyen a sus botones para que asalten a sus ídolos rubios. En el tercer mundo vive gente como Luis Alfredo Garavito, como Consuelo Velázquez y como Ray Conniff y Richard Cleyderman. A lo más que puede aspirarse es a ser un símbolo del kitch.

1 comentario:

  1. Se te olvidó decir que Ray Coniff no le pide nada a Wendy Zulca. Bueno, hay una pequeña diferencia: yo sí aguanto completo el video de Wendy.

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