¿Se supone que el video de Wendy Sulca debe dar tristeza, risa, indignación, vergüenza o rabia? ¿Incitar a la burla? ¿O ninguna de las anteriores? Pobre de Wendy y de Amapolita, cómo nos burlamos de ellas. Porque a mí, claro, me da risa, como a casi todos mis amigos. Pero hoy alguien me preguntó que si yo estaba a favor de Andrés Manuel López Obrador y me quedé pensando si me lo habría preguntado porque vio este video en mi blog. Probablemente no es así, pero a mí no se me hace tan descabellada la asociación: "por el bien de todos, primero los pobres", "cerveza, cerveza", etc. En fin, lo dicho: me da risa, pero también me hace pensar en un historiador bengalí que insiste en que la globalización no le quita a Wendy Sulca su estatus de pobre, provinciana y jodida. Entonces, cuando pienso en Chakrabarty y vuelvo a ver ese video, recuerdo a un amigo que hace poco me recordó un ensayo de Chesterton y al que le dije que siempre que escucho a Amapolita, no puedo dejar de pensar en César Vallejo. Por supuesto, debo aclarar que a mí Vallejo también me da risa.