viernes, 26 de junio de 2009

Michael Jackson is dead

Tengo problemas para decirle a la gente que a mí me gusta comer animales. No tengo ningún empacho en admitirlo, ni me parece que sea algo vergonzoso. Es más: debo confesar que tengo un cierto orgullo carnívoro. Lo que me resulta problemático es informárselo a personas que conozco recientemente, o que acabo de conocer. Como soy estudiante de posgrado y me interesan los cyborgs, los cuerpos posthumanos y las prótesis, la gente a veces simplemente asume que no como animales, o que simpatizo con la causa vegana o que estoy de acuerdo con el desarrollo sustentable o que estoy en pro del consumo de comida orgánica y etcéteras.

Pero no es así. Just cuz you feel it, doesn't mean it's there. Me gusta comer animales. Me gusta su sabor. A veces me gusta comerme su carne un poco cruda (en particular la de los peces y la res). Reconozco los desastres de la Revolución Industrial, pero también le guardo cierto respeto. Me gustan las máquinas. No estaré jamás de acuerdo con una ética que criminalice el consumo de ciertas criaturas (los animales), pero impulse la depredación sistemática y voraz de otras (las plantas). Más de un conocido vegano se ha horrorizado cuando le digo que yo como animales, mientras devora kilos de soja, lechuga, tomates orgánicos y garbanzos. ¿Las plantas tienen menos derechos que los animales, sólo porque no producen sonidos y se las puede "cultivar" (léase: explotar) más cómodamente? Me parece que no. Además, las plantas sí producen sonidos y se mueven, e interactúan entre ellas y con múltiples especies animales, incluida la nuestra.

Pero no me resulta tan sencillo comunicarles a las personas que yo como animales. Creo que es porque no quiero que me rechacen.

2 comentarios:

  1. Es que saben muy rico. Además, no me gusta que los veganos exploten sistemáticamente a las plantas nada más porque no sienten dolor: es un statement ético.

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